Memorias de una geisha

Chiyo vive en su casita piripi de Yoroido en la costa de Japón con sus padres memorias-de-una-geisha-libro-arthur-golden-1y su hermana Satsu, la enfermedad de su madre  la arranca de su pueblo  y la casualidad la llevará a  adentrarse en el misterioso mundo de las geishas en Gion. Será la pequeña comprada por la Okiya Nitta donde junto con Calabaza, otra pequeña huérfana,  comenzará su formación. Allí se encuentra con la pérfida Hatsumomo que le coge una manía enfermiza, seguramente por celos o porque bebe mucho sake, el caso es que le hace la vida imposible, tendrá que salvarla de sus  garras Mameha que la convertirá en la mejor maiko, aprendiza, de Gion desbancando a Calabaza la pupila de Hatsumomo, la guerra está declarada.

niña geishaUn encuentro con un hombre cuando es a penas una niña, el Presidente, a la ribera de un rió en Gion será lo que impulse a Chiyo a querer convertirse en geisha para poder ser digna de ese caballero, pero aunque sus vidas se cruzan una y otra vez parece que su relación nunca va a cuajar, está mas cerca de Sayuri (el nombre ya de geisha) Nobu, un hombre herido y deforme que causa repulsión y que ella tiene que aguantar impertérrita como una perfecta geisha.

Memorias de una Geisha de Arthur Golden fue publicada en 1997 y causó un gran revuelo al adentrarse en el mundo de las geishas que ha sido siempre muy misterioso: ¿putas o artistas? La novela de Golden está ambientada con mucho vocabulario, descripciones de los antiquísimos  protocolos que deben seguir las geishas: la ceremonia del té, las clases y bailes, la música del samishen, los pasos para ponerse el kimono y su obi un sinfín de pasos que pocas veces se habían rebelado. El escritor fue denunciado por la geisha Mineko Iwasaki porque consideró que había roto el pacto de confidencialidad al que se había comprometido con ella, porque la nombró en varias entrevistas y en los agradecimientos al final de la novela (metedura de pata máxima). Iwasaki contó que fue incluso amenazada de muerte por romper el código del silencio de las geishas, después ella escribió Vida de una geisha una obra más documental donde narra sus experiencias desde que con cinco años empezó a formarse como geisha hasta su retiro a los 29  para formar su propia familia.

La película a pesar de que dura más de dos horas omite muchas cosas, sobre todo toda laportada memoria de una geisha trayectoria de Sayuri para convertirse en una gran profesional, que en mi opinión es lo mejor de la novela, en la película pasa directamente de la marcha de Hatsumomo a la guerra. Nos perdemos todos los tejemanejes de la relación entre Sayuri, el Presidente y Nobu el socio del gran amor de la geisha.

Los actores de la película de 2005 son:  Ziyi  Zhang con lentillas grises como Sayuri, Michelle Yeoh como Mameha y Gong Li como la malísima Hatsumomo. El presidente es representado por Ken Watanabe (El último samurai). Hubo una gran polémica porque las actrices no eran japonesas, una de las respuestas que más me han gustado es la de Sandra Oh (Cristina de Anatomía de Grey) que cree que se debe de poder hacer una interpretación pan asiática, si un caucásico puede hacer de alemán , de judío , de norteamericano por qué esas mujeres no pueden hacer de japonesas, es una actuación, además, las tres actrices hicieron un trabajo de campo exhaustivo, incluso fueron a una escuela de geishas para pulir los movimientos de sus actuaciones.

Si tengo que elegir en este caso lo tengo claro, prefiero el libro, lo he leído un montón de veces, yo no soy especialista en Japón así que no sé si está bien ambientado, pero para mis  inexpertos ojos occidentales sí, aparece en cada lectura un mundo de tradiciones, con escenarios exóticos que me trasladan al país del sol naciente (qué ganas tenía de decir esto). El microcosmos que compone el barrio de las geishas, las palabras japonesas: okiya, danna, mizuage, obi, maiko, etc., la difícil historia de amor que pulula por encima del moño de Chiyo mientras se convierte en Sayuri, esa narración en primera persona, todos esos componentes convencen, transmiten las emociones de esa oruga que se convierte en mariposa pero en una mariposa enjaulada, en una jaula de oro como dice la copla, si consigue salir de ella tendréis que adivinarlo vosotros. ¡A leer, o a ver la película, o las dos cosas!

Deberes para lectores caóticos: ¿Novela o libro? ¡Manifiéstense!

Memorias de una geisha, Arthur Goleen, Alfaguara, 1997.

Memorias de una geisha, Rob Marshall, Columbia pictures, Dream Works, Spyglass Entertainment. 2005.

4 comentarios sobre “Memorias de una geisha

  1. Linda y también la autora Amy Tan. Me encanta lo japonés, esa cultura… estoy leyendo en este momento «La casa de las bellas durmientes de Yasunari Kawanata», poesia pura. Inspiró a Garcia Marquez para Memorias de mis putas tristes. ¡ Genios!. Bs.

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