El primer recuerdo que tengo de Renée Zelweger, además de la dificultad de su apellido, no es muy generoso, pensé en cuanto la vi en «Jerry Mcguire«:
– Esta la escogió Tom Cruise porque es más bajita que él.
Lo sé, prejuicios de altonas como yo, pero al final de la película me conquistó su vulnerabilidad y me convenció (Tom más o menos, soy del equipo Nicole).
Y después vino Bridget, ya había leído el libro y me había enganchado y por supuesto identificado con su diario, sus kilos y sus compulsiones, estuvo sembrada. Siguió encadenando éxitos en mi corazoncito de celuloide con «Chicago» y «Cold Mountain».
Honestamente, y sin consultar Google, ahora no recuerdo más películas (bueno sí, la de Jim Carrey pero quiero olvidarla) y me parece que es una buena lista pero ahora con «Judy» me ha reconquistado, nunca me perdió pero ahora vuelvo a valorarla: qué sutileza, que manera de recrear en vez de imitar.
Renée ha conseguido, además de que nos aprendiéramos su apellido, que con esos ojos que desaparecen cuando sonríe nos lleguen sus personajes , sin alardes, puede ser quien ella quiera y nosotras con ella.
Que se retira, puede hacerlo y quedarse satisfecha, que sigue, sí, por favor, lo que la Zelgewer haga bien hecho estará.
Bueno, y como hay gente nueva (perdón por la cuña) “si me queréis seguidme” que tengo múltiples personalidades: