Cuando era pequeña decía que el Palacio de los Deportes de Oviedo era una tortuga. Y lo ERA para mí: me guiñaba el ojo
, hablaba, era la protagonista de muchas aventuras en mi infancia. Mi reina madre tenia otro punto de vista, mis conversaciones con edificios, muebles y demás acabó en oooootraaaa visita a la pediatra que me mandó hacer un dibujo y le dijo claramente que lo que tenía era imaginación no locura.