A ver, chatín, habíemos quedao en que si queríes un cortejo en la distancia poníes a to tren en el patiu :
🎶Vente conmigo al huerto🎶
Pero toy confusa.
Si hubieses seguido con «El abuelo Vitor» como los otros diez días de cuarentena pues oye, o no me leíste o cagues pa’mí, to pué ser posible. Pero que así, de forma inesperada saltes con:
🎶Paxariños que vais cantando decirle a ella
que en la lucha y en los fracasos me acuerdo de ella🎶
No lo entiendo, qué yes un caballeru astur de los que necesita el su tiempu… en qué fracasaste, al tender la ropa, porque tando confinaos, tú me dirás, gallu.
Ta picándome la nariz de los celos y parezme que esos mensajes musicales son pa la morena del bajo, yo soy la rubia del segundo, a ver si nos organizamos no nos pase como en el chiste que eren tres y a uno ya i habíen dao tres veces por ahí.
Voy ponételo fácil, si quies tema pon:
🎶Pun, pun, quién es: soy la rosa y el clavel. Abre la murallaaaaaa🎶
Si no te gustó pues sigues traginando con güelito Vitor y yo tiroi el picao al de la torreta que no pon música pero comenta las series de Netflix a to lo que i da la voz.
🎶A dónde Irán los besos que guardamos que no damos🎶
Pues van a ir pa la torreta como no te pongas las pilas, chulín.
En capítulos anteriores : Carta abierta (como la ventana) al mi vecín
Continúa en: Carta abierta al mi vecín III
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