Seguril

Vende más hablar de cosas negativas, Mari, pero es que yo tengo una flor en culo: hoy en mi salida semanal de«panderemia» casi no había pisado la calle y ya me estaban ofreciendo «de gratis» cuatro cajas de Seguril. No me digas que la gente no es todo generosidad.

Salir por mi barrio es como una montaña rusa, como el descenso de una vedette por la escalera, un susto en cada escalón: un vecino que me pregunta por todos en en casa y me ofrece medicamentos desinteresadamente, un poco más allá un muchacho me dice si «le estaba siguiendo». Como lo oyes, madre mía el tiempo que hace que no me tiraban por la calle la caña. Home, no me digas que hoy los dioses no me sonríen. Que el «chaval» tuviera más de 50 (como poco) y fuese un poquitín, chiquitín politoxicómano (no era el del seguril, fue otro) son detallucos en los que solo se fijan los pesimistas. ¿Me tiraron los trastos sí o no? Sí. Nada más que alegar señoría.

Después está el tema del Alimerka, oye, es cosa mía o a los pescaderos de semana en semana le crecen los bíceps. No tendrán frío con la manga corta (que yo no me quejo ehhhh) entre tanto hielo. Pensarán ellos lo mismo de las clientas, cada vez nos verán más Charlize Theron y menos Paquita Salas. Y ya de vuelta se echó a llover y me moje y me duele un poco el oído pero oye lo doy todopor bien empleado.

A tope com mi barrio, a tope con mis vecinos, a tope con los pescaderos y , evidentemente, y sobre todo:

a tope con los fármacos.

Ooooo yea.

3 comentarios sobre “Seguril

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