_Noble español en el exilio: Qué tal las chicas, majestad, se adaptan a la vida fuera de España, cómo están.
_Alfonso XIII: Las chicas no sé…pero las infantas de puta madre.

Voy a atravesar la frontera de este «annus acojonantus» escribiendo sobre mi novela preferida, la que me salvó del pozo que todo lector teme: el de la desgana, el de las aguas del despiste, el aburrimiento, el hoyo donde pierdes el hilo…una vez más Almudena es mi talismán y Frankenstein mi príncipe gris.
Hazte con una manta de cachemira calentita, un Jerez y zambúllete de la nueva pero sobradamente preparada mano de Carlos García Calvo en las aguas del misterio. Ven, ven…te va a atrapar.
Seguir leyendo ««Cuando dormías»: lectura indispensable para este otoño»
¿Toda vida puede ser una novela deliciosa, divertida, conmovedora? Sí, si
1994, Orphea es una idílica ciudad norteamericana con césped verde esmeralda, casitas de ensueño, vecinos exquisitos y con aspiraciones culturales encarnadas en ula inauguración de un festival teatral. ¿Te a apetece ir después de la cuarentena en tu máquina del tiempo? No te lo aconsejo llueven cadáveres como albóndigas: cuatro de mano, sin anestesia.
Maravilla.
Joel Dicker es Dios y la metaliteratura en sus manos el Espíritu Santo (como es Semana Santa tiro por ahí 😉).
Aún no terminé, seguiré informando.
Amaia Salazar tiene 25 años y está en Estados Unidos en pleno huracán Katrina con un asesino en serie matando familias en medio de desastres meteorológicos. Este hilo argumental se mezcla con el pasado de la niña Amaia en
Seguir leyendo «La cara norte del corazón de Dolores Redondo»
Javier Marías lo ha petado con «Berta Isla» así que me he reecontrado con él en nuestro rincón compartido del pasado: «Mañana en la batalla piensa en mí» una novela que en su momento me abdujo, voy a releer esta edicion del 94 del Círculo de lectores.
Planazo de @espasaeditorial para una tarde festiva y gris como esta, un buen crimen ideado por Miss Christie siempre abriga, en la crisis también .
«Toda la peripecia de Una comedia ligera se desarrolla en unos pocos días de verano de un año de leve transición hacia una mayor apertura o, para ser más exactos, hacia una menor represión: dos momentos de relativa languidez. […] Desde el punto de vista literario no me interesa tanto enjuiciar una época como describirla. Para conseguirlo, me propuse no relatar situaciones, sino reproducir lenguajes.» Eduardo Mendoza