Una familia integrada por una mamá con querencia a la barra y tres hijos con movidas varías (menos el pequeño que es un solete porque aún no lo acorralan las hormonas) se mudan a vivir a la casona natal del padre que murió en «trágicas circunstancias «, así del tirón. La vivienda de rancio abolengo es el sueño de cualquier chiquillo: