Cuando era una pequeña Rosa Mari e iba a mi pueblo estaba convencida de que la luna se venía conmigo desde Oviedo, entre cánticos, potas y demás agobiaba a mis padres diciendo toooodo el camino:
_ Mira la luna, ahí está, eh, eh, detrás de esa montaña, uy, no la veo ¿la luna también se para a hacer pis y fumar, papá?