Gordas, ruinas y malababas

Ojalá cuando yo tenía 16, 26, 36 años hubiese habido fotos como esta de H&M.

Cuántas lágrimas, frustraciones, inviernos sin comer y matándome a hacer ejercicio,  complejos, dinero, «médicos», masajistas, nutricionistas me hubiese ahorrado (mis pobres padres, sobre todo) y podría haberme volcado en otras  cosas mucho más interesantes: vivir y tal. 

Ojalá hubiese existido el H&M, el Kiabi, Shein….sí, China también. Nada de no comer para entrar en los patrones de Amancio, nada de tener que ir a verle la cara a las rancias de El Corte Inglés sección señoras,  nada de escuchar a las picatueras de «Blanco »  o  «Don Algodón» : _ Aquí no hay nada para ti.

Cuánto no daría yo por estar como aquella supuesta y joven gorda,  porque esa era otra:

«Las mujeres tienen que pesar diez kilos menos de lo que miden». Años 80

…ergoooo, yo era una vaca lechera asturiana midiendo 1.80 y pesando 80 kilos.

Ahora todas esas sardinas , sardinos y sardines (que en asturiano de verdad es plural femenino…pero bueno, nosotres nos sacrificamos) que se quejan porque todas se quieren vestir igual que las bellezas normotalla (qué osadía), todas quieren ser cómicas, la chica de la peli (una flacucha o una lorzas, qué vergüenza), presentadoras sin ir disfrazada de boda taurina, que tengan cuidado, toda la mierda que echan por la boca se les va a venir encima, y si no igual nos organizamos las gordas y las ruinas y las feas y las del montón y os damos una buena panzada  de hostias como los panes que no os coméis y así os quejáis por algo concreto: DOLOR, e igual así nos comprenderéis….o no, porque para eso hace falta algo que no se pueden insertar en un quirófano, que no va en un zumo verde, que aunque tengas 1 millón de followers no tienes por qué poseer: EMPATÍA, pinina, EMPATÍA.

Ojalá fuese de los 90

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