Hay dos historias en Hombres buenos: la road movie en coche de caballos de dos académicos en busca de la Encyclopédie a finales del siglo XVIII y la aventura de Arturo Pérez-Reverte a la hora de afrontar la empresa de escribirla.
París, un duelo al amanecer a finales del siglo XVIII, quiénes son los protagonistas y el motivo que les ha llevado a intervenir en el lance de honor es el anzuelo con en el que Arturo Pérez-Reverte engancha al lector para la causa de Hombres buenos. Después de darnos el caramelito del misterioso inicio el autor comienza el relato de cómo surgió la idea de la novela, instructivo para cualquiera que tenga interés en conocer los entresijos del oficio de escritor que este cazador de historias domina tan bien. El argumento principal es el viaje de almirante don Pedro Zárate y el bibliotecario don Hermógenes Molina a París por encargo de la Real Academia de la Lengua Española con el fin de adquirir la Encyclopédie, ou dictionnaire raisonné publicada entre 1751 y 1772.
“[…] veintiocho volúmenes editados en París por Diderot, D’Alembert y Le Breton. Aquélla, recuerda no sin cierta emoción, incluso con sus imperfecciones, resulta la más brillante realización moderna del intelecto humano: una compilación monumental de los más avanzados conocimientos en materia de filosofía, ciencia, arte y todas las otras disciplinas conocidas y por conocer. Una de esas obras sabias y decisivas, raras en la historia de la humanidad, que iluminan a los hombres que las leen y abren la puerta a la felicidad, la cultura y el progreso de los pueblos.”
Las peripecias que estos dos hombres de más de 60 años viven desde que salen del Madrid de Carlos III hasta que llegan al París prerevolucionario son muchas y jugosas: asaltos, atracos, tiroteos, escarceos amorosos, la lucha con los conspiradores que quieren sabotear su viaje y encuentros inolvidables con los personajes más destacados de la época. Las conversaciones que establecen don Pedro y don Hermes, estoico uno y bonachón el otro, son numerosas y nos muestran de forma muy amena las opiniones que imperaban en la época sobre todo tipo de temas: las eternas dos Españas, teatro, ciencia, política, revolución, un amplio abanico de charlas que van desplegando los dos académicos en su largo viaje.
“Pienso en lo que comentábamos anoche. ¿Se imagina usted una enseñanza científica frente a la escolástica que con pocas excepciones reina en nuestras universidades?… ¿Imagina una España que en vez de un enjambre de teólogos, abogados, escribanos y latinistas tuviera geómetras, astrónomos, químicos, arquitectos y hombres de ciencia?”
Son muchos y conocidos los personajes de los dos siglos que pasean por Hombres buenos , tiene una relevante posición (y desternillante, no sé qué pensará él) don Francisco Rico, desde aquí elevo una petición: por favor señor Pérez-Reverte escriba Limpia mata y da esplendor, puede ser la novela definitiva de este siglo, si os preguntáis de qué estoy hablando, es un proyecto con el que el escritor atormenta a sus compañeros de la Academia, ¿simplemente un chascarrillo? no lo sé, pero la idea me parece estupenda: una novela de crimen y misterio ambientada en La Real Academia Española al estilo Diez negritos. ¡Magnífica!
Moratín, Feijoo, Jovellanos, Diderot, Rousseau, Kant, Hume o Locke, son nombres que se citan entre otros en una novela donde algunos personajes existieron en realidad, los hay con papeles más activo como el abate Salas Bringas Ponzano que será el compañero de fatigas en París del almirante y don Hermes, o la deliciosa madame Dancenis, una mundana española que formó parte de lo más granado de la sociedad parisina, también aparece Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda como embajador español en la capital francesa.
Arturo Pérez-Reverte nos desvela algunos de sus secretos de escritor a la hora de construir el armazón de una novela: como se le ocurren determinadas ideas, cómo se lanza a la caza de escenarios , cómo se documenta, qué amigos le echan una mano… no nos desvela la fórmula de la coca cola pero casi. No siempre nos entendemos don Arturo y yo, por supuesto debido a mi falta de luces, pero cuando lo quiero lo adoro y con Hombres buenos lo idolatro, el libro es tan bueno como sus protagonistas.
“Dejad leer y dejad danzar, pedía Voltaire”
Hombres buenos, Arturo Pérez-Reverte, Alfaguara, 2015.
Imagen del autor: https://twitter.com/perezreverte
Imagen de Notre dame: Wikipedia
Muy bueno!!! Para iniciar el día 😀
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A mí no me gusta siempre Pérez-Reverte, por ejemplo no pude con «La carta esférica» y Alatriste me cansa, pero siempre lo leo y esta novela me encantó.
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😀 digamos que es buena lectura, aun que me ha pasado que me topo con libros que realmente no me gustan!!
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Sí, a mí también.
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Bonito día 😀 y aun que algunos nos desagraden, muchos más nos atrapan!!
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A mí me parece que un hacha de las letras, tiene un dominio del lenguaje y de los datos impresionante, por eso cuando no me gusta me quedo mal agusto, pensando que no he sabido apreciar algo bueno, pero luego reflexiono y me refugio en el manido: para gustos los colores…
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😀😀😀😀 para mi el gusto de los colores, es mi gusto por los libros ❤
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