Lección número uno, la «e» del nombre no se pronuncia, TOMA YA, número dos, era un filólogo, lingüísta, obseso de las palabras, me gustó saber más del personaje.
Siempre dicen que hay que escribir sobre lo que conoces, y tú dirás, Mari: vale, así que don J.R.R. estaba rodeado de hobbits y hablaba élfico en la intimidad (como el otro). No seas prosaica, mujer, sus mundos son fruto se la imaginación pero están cimentados en el amor, la amistad, la camaradería, el dolor de la pérdida y esto lo experimentó Tolkien y es lo que nos explica esta correctísima película (en ocasiones eres un poco burrina, perdona que te lo diga). Por lo tanto, nos acerca «Tolkien» a la infancia del autor, juventud y comienzos de la madurez, sin mucho jaleo ni florituras, muy bien, se lo compro.
Bueno, y como sigue habiendo gente nueva (perdón por la cuña) “si me queréis seguidme” que tengo múltiples personalidades: